El cielu por asaltu

Recuperar la dignidá, recuperar la llucha. Documentos pa la hestoria del movimientu obreru y la clase obrera n'Asturies.

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domingo, agosto 30, 2009

Recursos externos

Acción directa, autogestión, 1977: la huelga de la construcción asturiana en la Transición española

Blog de César Alberto Rosón Ordoñez, autor del libro La huelga de la construcción asturiana en la Transición española (Fundación Anselmo Lorenzo, Madrid, 2003), con diversos materiales sobre dicho conflicto: vídeos, abundante material gráfico así como la colección de Acción Libertaria, órgano de la Confederación Regional del Norte de la CNT, para los años 1976-1977.

Archivu Municipal de Mieres

Con numerosos documentos digitalizados para los temas que nos ocupan.

Hemeroteca de Xixón

Hemeroteca digitalizada del Archivu Municipal de Xixón, contiene numerosas cabeceras. Por la parte que nos toca, destacamos las colecciones de Avance (1937), diario del socialismo asturiano, principal periódico en la época de la Guerra junto con CNT y de El Noroeste (1897-1936), por muchos años diario fundamental en la vida de la ciudad que conoció varias fases, naciendo como periódico republicano para acabar siendo el órgano oficioso del melquiadismo pero que, en cualquier caso, es una referencia de primer orden para estudiar la historia del movimiento obrero asturiano.

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Entrevista a Javier Rodríguez Muñoz

El historiador Javier Rodríguez Muñoz, director del Club Prensa de LA NUEVA ESPAÑA es el autor del volumen que el periódico entregará a partir del domingo en fascículos acerca de la revolución de las izquierdas asturianas, acaecida entre los días 5 y 19 de octubre de 1934, durante el Gobierno radical-cedista de derechas de la II República. Se cumple este año su 75.º aniversario.

-Sitúe la Revolución del 34 en el marco de la historia contemporánea.

-Es el último intento de una revolución armada por parte de la clase proletaria. Después, no vuelve a haber en Europa otro intento de la entidad que tuvo la comuna asturiana. Su modelo prototípico era la Revolución rusa, de la que sólo habían pasado 17 años. Esa referencia y modelo no se pueden olvidar en el caso de Asturias.

-¿Y respecto a la historia de Asturias?

-Mostró la capacidad de organización y lucha de una clase obrera que llevaba años de reivindicación sindical, y que lo hizo hasta el punto de enfrentarse a todas las fuerzas del Estado, mediante ataques sincronizados en muchos lugares y movilización de muchas personas. Puso también de relieve algo que las derechas anunciaban: el riesgo de una revolución socialista o comunista era real. Además, la revolución de Asturias marcaba los dos bloques ideológicos españoles del momento y obligaba a posicionarse a un lado o al otro. No es octubre del 34 el que abre la brecha, pero marca mucho más los extremos.

-¿Un movimiento antifascista?

-Confluyen objetivos distintos. Por un lado, se produce ese movimiento antifascista. En Italia ya estaba Mussolini en el poder. En Alemania había ganado las elecciones el partido nazi y se había producido ya la «Noche de los cuchillos largos». Y a comienzos del mismo 1934 Dollfuss inicia la persecución física de los socialistas austriacos. Movimientos fascistas existían en toda Europa y el riesgo de que eso se pudiera producir en España era real. No se inventaba un fantasma.

-¿Y las otras coordenadas?

-El programa del movimiento de octubre, en general, es reformista y pretende dar un golpe de timón a la República: sustituir a Alcalá Zamora como presidente, acabar con el poder de las órdenes religiosas, establecer el Estado laico, realizar la reforma agraria... El programa de ese movimiento -no de la revolución en particular de Asturias- no era revolucionario y no se ponía en cuestión el sistema. Pero en medio de ello surgen varios discursos, y entre ellos el de un personaje clave, Francisco Largo Caballero. Cuando los socialistas dejan el Gobierno, Largo empieza a lanzar un discurso cada vez más revolucionario y se le llama el «Lenin español». Dicho en tono coloquial, a Largo se le calienta la boca y suelta ideas poco meditadas. Pero esas ideas y las del periódico «El Socialista» hacen concebir a muchos que la República era burguesa y no satisfacía los intereses de los trabajadores. Y que había que ir a una República socialista. Ese discurso cala en sectores del Partido Socialista y, fundamentalmente, en las Juventudes Socialistas. Y cala totalmente aquí, en Asturias, con un órgano que agita la situación, el diario «Avance». Su director, Javier Bueno, es un periodista con méritos excepcionales, con capacidad para conectar con sus lectores, para los que el periódico era una auténtica directriz.

-¿Factores diferenciadores con el resto de España?

-Aquí empiezan a preparar una revolución que no se hizo en el resto de España. Empiezan a comprar armas, a conseguir fusiles, a sacar otros de la Fábrica de Armas, a reciclar armas viejas y a juntar dinamita, que va a ser un arma importante en el ataque de los cuarteles. Respecto al resto de España, en cierta medida Largo Caballero es un irresponsable que lanza a una revolución para la que no tenían armas, ni estaban implicadas las fuerzas de seguridad ni el Ejército. La fuerza de la huelga era todo lo que tenían.

-¿Qué es lo específico asturiano?

-La voluntad: la idea de asumirla y ponerse a ella. La gran diferencia entre Asturias y el resto es que aquí creyeron que era posible realizar el sueño de la clase trabajadora de conquistar el poder y cambiar el orden social. Se lo creyeron y, en cierta manera, hay algo de desmesurado en esa creencia de que con las fuerzas con que contaban se podían enfrentar a todo un Ejército. Es esa desmesura de que a los asturianos no se les pone nada por delante, de la misma manera que en 1808 no se cortan y le declaran la guerra al mayor Ejército del mundo, el de Napoleón. Aquí se lanzan a hacer una revolución sin parar en consideraciones de si tenían fuerza y medios para llevarla a cabo.

-Saborit dijo: «Os pedimos una huelga y nos disteis una revolución».

-Según cuenta Solano Palacios, un anarquista que escribe sobre la revolución, Saborit, que había sido diputado socialista por Asturias, viene a Oviedo a visitar en la cárcel a sus camaradas de partido. Y les recrimina que nadie les había dado la orden de hacer una revolución, sino que la orden era la huelga.

-¿Cifras de la revolución?

-Se dieron unas cifras disparatadas en su momento y se habló hasta de 50.000 revolucionarios. Pero no hubo una recluta en la que constase cuántos participaron en el movimiento. Se habla de unos 30.000 trabajadores, aunque tal vez el número real haya que reducirlo a bastantes menos, a la mitad. Los que realmente se movilizan y forman parte de columnas son unos 15.000. En cuanto a las pérdidas, es difícil dar cifras exactas. Según fuentes oficiales, murieron algo más de mil paisanos o revolucionarios -incluidos los represaliados- y 324 militares o miembros de las fuerzas de orden público. El número de heridos fue de más de 2.000 paisanos y alrededor de mil militares.

-¿Qué ofrece de nuevo el volumen que usted ha escrito?

-Un relato continuado y lo más completo posible, y con esta distancia del tiempo que permite más objetividad. Hoy hay numerosas fuentes que son más accesibles: el Archivo de Salamanca, la prensa de la época, el archivo de Yagüe o crónicas y libros difíciles de consultar.

J. Morán


Publicado en: La Nueva España, 15 de mayo de 2009.
Fuente: La Nueva España.

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Actualizada la bibliografía

Actualizado, reorganizado y ampliado el apartado de Bibliografía, que falta hacía.

http://elcieluporasaltu.blogspot.com/2006/06/bibliografa.html

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martes, agosto 25, 2009

UHP

Una vez más CCOO y UGT han vuelto a convocar movilizaciones en HUNOSA. Son muchos ya los años confiando en estas organizaciones y los resultados a la vista están: Asturias a la cabeza de todas las estadísticas oficiales sobre el paro en el estado español.

Podemos estar seguros que mientras mineros, jóvenes y parados luchamos en la calle, CCOO y UGT nos venden en sus negociaciones en Madrid, haciendo en la práctica que la muerte del compañero Lorenzo sea inútil. Villa, Hevia, Campelo, Rubio, Donaire y demás dirigentes sindicales hace ya mucho tiempo que no defienden más que sus subvenciones y su status social; su misión no es defendernos, sino desarmarnos. Las cifras cantan. Sus movilizaciones tienen el objetivo de desmovilizarnos.

Si queremos que nuestra lucha sirva para algo, debemos organizarnos como nuestros abuelos en el 34, autoorganizándonos en asambleas, coordinando estas asambleas y desenmascarando a los farsantes sindicaleros.

Llucha Autónoma Revolucionaria

Si nadie lucha por ti, que nadie decida por ti

Asturies se salva quemando


[Panfleto repartido en las movilizaciones mineras, 1998]
Recopilado en: Del tiempo en que los violentos tenían razón. Asturias (1990-2005). Llar Editorial / Klinamen, 2006.
Fuente: Editorial Klinamen.

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Entrevistes a Rafael Rodríguez Valdés

«El republicanismo influyó en la escasa atención del movimiento obrero al bable»

El prestigioso hispanista francés Pierre Vilar habló de la Historia como ciencia en construcción. Es una visión dinámica del pasado que comparte el historiador asturiano Rafael Rodríguez Valdés (1978), quien presentó ayer «Discursos llingüísticos y movimientu obreru na Asturies decimonónica» (Trabe), libro que mereció el primer premio «Fierro Botas» de ensayo, galardón que convoca la Conceyalía de Cultura Tradicional y Llingua Asturiana del Ayuntamiento de Gijón en memoria del fallecido jesuita.

-¿Por qué el movimiento obrero del siglo XIX utiliza tan poco el asturiano en sus publicaciones?

-El movimiento obrero se presentaba como alternativa a otras clases, pero, realmente, estaba afectado por las estructuras y dinámicas dominantes. Si hubiera existido una burguesía con un uso consciente del asturiano, estaríamos ante otra posición de aquel movimiento obrero. Es cierto que había escritores reconocidos y de prestigio que utilizaban la llingua, pero es un grupo pequeño en el espacio cultural de la Asturias de aquellos años.

-¿En esa escasa atención al asturiano pudo influir la directriz internacionalista de algunas de las ideologías de las que se impregnó el movimiento obrero?

-Creo que es equivocado definir como internacionalista la ideología de ese momento. Pero es que, además, el internacionalismo reconoce la cuestión nacional. El asunto es que en Asturias, donde se acepta un mito como el de Covadonga, la cuestión no se enfoca como en Cataluña. Sectores universalistas, como los del anarquismo, no tienen problema para utilizar el catalán, por ejemplo. Lo que yo creo que influye entonces son las nociones de republicanismo y progreso. El movimiento obrero, en el siglo XIX, carece aún de una teoría cultural.

-¿Por qué el republicanismo influyó en que el movimiento obrero no utilizara en sus documentos el asturiano?

-Hay una influencia espacial del republicanismo, por la convivencia en ateneos. La diferencia con Cataluña, donde se utiliza indistintamente el catalán y el castellano, es que el republicanismo federal en Asturias, y pienso en personas como Eladio Carreño o el empresario gijonés Zarracina, no hablaban ni escribían en asturiano. El republicanismo, en Asturias, no reflexionó sobre la llingua y, en cambio, Pi y Margall dio al asturiano la categoría de idioma cuando pocos se la daban aún al catalán o al eusquera.

-Pero Pi y Margall era un federalista notorio...

-Sí, pero sus ideas sobre la lengua no influyen en otros republicanos federalistas.

-Respecto a la cuestión lingüística, da la impresión de que el movimiento obrero interiorizó las posiciones de la burguesía.

-Sí, hay textos explícitos. Hay una obra de Manuel Vigil Montoto, máximo exponente del socialismo de finales del siglo XIX, donde se queja porque no llaman a los obreros a participar en unos juegos florales en castellano. Como el poder se transmite en lengua castellana, ahí Vigil Montoto está luchando por lo que se le niega. El movimiento obrero no introduce el asturiano como cuestión de clase, aunque pudo hacerlo.

-¿Esa tesis se puede extender, también, al siglo XX?

-En otro trabajo («Llingua, clase y sociedá», también editado por Trabe) estudio esa cuestión, en concreto, hasta 1937. Creo que hasta principios de los años treinta es válido el esquema. Es cierto que con el transcurso de los años aumenta, con la escolarización, la presencia del asturiano, pero siempre estuvo subordinado al castellano.

-Habrá quien cuestione la utilización que hace del concepto de clase social como categoría historiográfica.

-Sí, y también la de movimiento obrero. No podemos trasladar nuestras posiciones, sociales o ideológicas a los papeles y documentos del siglo XIX, donde es pertinente hablar de clase social y movimiento obrero. Pongo el ejemplo de un documento, que es una encuesta estatal, donde aparecen esas palabras: clase social. Había un componente clasista evidente. Son muchos los sociólogos que sin ser marxistas utilizan, sin problema, el concepto de clase social.

J.L. Argüelles


Publicado en: La Nueva España, 24 de julio de 2009.
Fuente: La Nueva España.



“La presencia del asturianu nel movimientu obreru del sieglu XIX ye testimonial"

Rafael Rodríguez Valdés (Uviéu, 1978) ta acabante d’asoleyar “Discursos llingüísticos y movimientu obreru na Asturies decimonónica” (Trabe, 2009). Esti historiador mozu yá publicare en 2004 “Llingua asturiana y movimientu obreru (1899-1937)” (Atenéu Obreru de Xixón). Asturies.com quixo falar con él d’esta nueva investigación, ganadora del Premiu “Fierro Botas“ d’ensayu en 2008.

Hai cinco años asoleyó “Llingua asturiana y movimiento obreru (1899-1937)”, y agora publica “Discursos llingüísticos y movimientu obreru na Asturies decimonónica” ¿Ye esti un trabayu d’ampliación del anterior, vien a completalu?

Tengo que facer una precisión nesti sentíu. Realmente esti trabayu nun ye que lu escriba cuatro años depués del otru. Publícase agora por mor que ganó’l Premiu “Fierro Botas” en 2008, pero escribilu malpenes unes meses depués del primeru. Daquella lo que fixi foi ampliar el númberu de llectures. En realidá nun me dediqué a rescribir lo que yá tenía sobre’l primer terciu del sieglu XX, sinón escribir sobre’l sieglu XIX, ente otres coses porque depués de presentar el primer trabayu muncha xente preguntóme qué pasaba nel XIX, y yo nun sabía qué responder. Esti trabayu nuevu ye un complementu al otru, lo que cambia ye l’espaciu temporal, y tamién la persona, l’investigador, que tien munches más llectures y qu’apuntó les crítiques que-y fixeron respective a “Llingua asturiana y movimientu obreru”. Esti llibru acabante de salir escribilu en 2005, y depués incorporé dalgunos otros trabayos renovadores como los de Sergio Sánchez Collantes sobre’l republicanismu. En cuantes al conteníu, evidentemente hai que conseñar que’l movimientu obreru nun ye’l mesmo nos años venti del sieglu XX, yá formáu, que l’inicial del XIX. Digamos que pa dambos fixi la mesma pregunta pero les respuestes son distintes.

¿Qué rellación hai ente esi incipiente movimientu obreru y la llingua asturiana?

Pienso que nel sieglu XIX les coses son distintes na presencia pública del idioma porque tamién tien que ver con qu’hai muncha menos xente que pueda tar en condiciones d’escribir n’asturianu, ente otres razones porque había munchísima menos xente capaz d’escribir en xeneral en cualquier idioma. Tamos a un nivel más reducíu tamién a nivel de publicaciones periódiques, nel sieglu XX son mas constantes y bayuroses. Tamién cambia la condición de los grupos sociales, la burguesía y el movimientu obreru tan formándose y nun ye lo mesmo un movimientu obreru en 1870 cuando lleguen ecos de la I Internacional, qu’en 1890 onde yá hai organizaciones afitaes, prensa, etc. Entós no que cinca a les referencies a l’asturianu’l problema col que topé ye qu’alpenes se caltién prensa. Sicasí, na prensa de fines del XIX apúntase lo que podría ser lo anterior: la presencia del asturianu ye testimonial, reproduciendo los esquemes que se podíen dar n’otros ámbitos, n’otros grupos y movimientos sociales y políticos. Realmente nun hai nadie que garre la bandera del idioma, nun hai nengún grupu qu’escriba regularmente n’asturianu, solo dalguna individualidá que nun tien capacidá d’incidencia sobre’l movimientu obreru. Nun ye qu’el movimientu obreru fuera refractariu, ye que nun tien conexón con ellos. Col que si lo tien, col republicanismu federal n’Asturies, a diferencia d’otres partes del Estáu como Cataluña o Valencia, realmente nun se mandó del asturianu.

En definitiva l’usu del idioma ye reducíu pero tampoco porque haya una consciencia de que tenga que ser asina, simplemente hai una reproducción de lo qu’hai nel restu de la sociedad. Y nun se cuestiona en nengún momentu porque la cuestión llingüística nun ta enriba la mesa. De fechu ún de les apreciaciones que pongo nel llibru ye qu’a lo meyor se sobredimensionen dellos testimonios llingüísticos, como ye’l casu de Junquera Huergo, que caltién unes posiciones contraries a les de Caveda y Nava o a les de Fermín Canella, pero realmente la so gramática y el so diccionariu nun se publicaron en vida d’él porque hubo persones que nun lo quisieron facer polo que conllevaba facer eso, porque la gramática y el diccionariu taben pensaos y fechos en clave asturiana y non subsidiaria del castellanu. Esto paezme importante porque la idea que tien sobre la cuestión llingüistica’l movimientu obreru ye como una cuestión subalterna, pero lo ye porque’l propiu movimientu obreru ye tamién subalternu en bien de cuestiones, nun solo na llingüística.

Podemos pensar entós que la rellación del movimientu obreru cola llingua asturiana ye una reproducción dafechu de la rellación de la sociedá en xeneral col idioma…

Sí, solo que lo chocante equi ye que la población asturfalante na base social del movimientu obreru ye infinitamente mayor que n’otros grupos sociales. Al final la clave nun ye tanto l’estudiu de la llingua sinon como la llingua amuesa cómo funciona la sociedá. Lo importante equí ye la sociedá del XIX y el papel que tien l’asturianu nes rellaciones sociales, y estes rellaciones en cuantes al idioma son les del espaciu informal, non l’espaciu públicu. Y el movimientu obreru quier tener accesu y facese con un espaciu públicu que nun s’espresa n’asturianu. Nun ye que cuestione o que piense que l’asturianu ye d’una determinada manera. Eso nunca s’esplicita, nun tengo nengún testimoniu denigrante pa col asturianu pero realmente la pelea ye por tener un accesu a la cultura, a la intervención nes condiciones de trabayu, y depués hai otres cuestiones como la llingüística o sobre la muyer que nun se contemplen directamente, y cuando lo faen sonlo de manera residual, con simpatía dalgunes veces, y non venceyándolo a los enemigos ideolóxicos. Y esto último ye importante conseñalo. Nun había una consciencia de que l’asturianu fuera un arma política contra’l movimientu obreru. Eso nun esiste.

Nel anterior trabayu dexaba delles preguntes nel aire, quizás les principales y venceyaes dafechu yeren por qué’l movimientu obreru nun reflexonó sobre l’asturianu nin foi l’idioma usáu predominantemente por esti. ¿Con esti trabayu complementariu resuélvense dalguna d’estes cuestiones?

Creo qu’hai dellos puntos que van derropiendo’l camín pa topar determinaos porqués nesti asuntu. Nun ye que lo resuelva taxativamente, pero si p’averase a posibles respuestes con más seguridá y más datos enriba la mesa. Partimos de que desconocemos parte de la historia del XIX. Como dixi enantes de bona parte de la prensa de la época conoces nomes y referencies indirectes pero nun queden exemplares. Por exemplu hai años enteros del periodiu “El Carbayón” perdíos, años nos que sabemos que xente como Benito Canella escribía ehí n’asturianu. Nun sabemos si hubo reacciones a esi fechu o debates.

Si n’anterior obra había temes a los que dedicaba una ringlera, nesta hai páxines enteres, ente otres coses porque pude completar lo escrito con trabayos recientes como los mencionaos de Sánchez Collantes o los de Jorge Uría sobre espacios de sociabilidá y cultura popular. Apaecieron estudios parciales que nun tiene que ver con esto directamente pero qu’ayuden.

Hai tamién cuestiones importantes como la noción de progresu, que yera relevante nel movimientu obreru ¿Hai tresllación automática a la llingua asturiana, afítase una rellación ente la noción de progresu y l’asturianu? Nun puedo responder a eso porque nun tengo nengún testimoniu directu, pero la idea de progresu venceyada al asturianu, si se diere, esplicaria munches coses. Un datu qu’atopé hai poco y que nun sal nel llibru ye que hai un testimoniu de Leopoldo Alas “Clarín” respective a un dirixente socialista uvieín, Perfecto García “el Federal”, mitineando n’asturianu. Esto nun ye que sía la panacea, namás quier dicir qu’hai muncho por descubrir. Accediendo a nuevos trabayos y a publicaciones nos archivos ayudarán a conocer más fondamente la cuestión. Realmente que personaxes como Alejandro Pidal o Aramburu faigan comentarios peyorativos pa col asturianu, ¿ye importante? ¿Qué influencia teníen dambos sobre’l movimientu obreru? Los qu’influencien al movimientu obreru son los dirixentes obreros, colos que falen nel barriu o nel taller. Agora, colo que sé, yá puedo ser más taxativu respectu a ese influencies, mientres que nel añu 2005 nun podía selo. Sicasí, queda muncho trabayu por facer.

Pablo R. Alonso


Fuente: Asturies.com.

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Del sabotaje como una de las más bellas artes

(Una contribución a la actualización de la teoría de la práctica del sabotaje)

1.

“¿Quién reavivará los violentos torbellinos de fuego
sino nosotros y aquellos que creemos hermanos?
¡Venid! Novelescos amigos: Esto va a gustarnos.
¡Jamás trabajaremos, oh oleajes de fuego!”
“Que este mundo reviente. Es la verdadera senda.
¡Adelante, en marcha!”
A. Rimbaud (1854-1891)

La extensión del sabotaje, el incremento de su práctica, a mayor o menor escala a lo largo y ancho del señorío de la mercancía es un hecho consumado. La quema de cajeros automáticos, la inutilización de cerraduras en los centros de producción y distribución, la rotura de lunas, el incendio de ETT´s, Inem´s, el sabotaje a las infraestructuras del capitalismo (TAV, pantanos, autopistas o constructoras)... son prácticas ofensivas frente a la colonización de nuestra vida por el capitalismo en su forma más avanzada –el espectáculo integrado. Las llevan a cabo personas hartas de sobrevivir como mercancías (su vida reducida a los imperativos económicos) y desencantadas de la falsa oposición (más falsa y menos oposición a cada segundo)– partidos y sindicatos que quieren gestionar nuestra miseria e integrarnos en un modo de producción que nos niega cualquier participación en las decisiones que nos afectan directamente y ayudan a esclavizarnos mutilando cualquier gesto de negación del existente.

El espectáculo escribe el guión y reparte los papeles: obrero, profesor, estudiante, ama de casa, padre, madre, hijo, hija, parado, policía, militar, artista, humanitario, intelectualoide... la mayoría de las personas con diversos roles a lo largo de 24 horas por lo que su existencia es, si cabe, más terrible todavía. Cada uno con su cuadro neurótico-esquizoide y que responderá a los estímulos lanzados desde el poder de la manera esperada. Toda la actividad social es planificada para reforzar el espectáculo ralentizando su proceso imparable de descomposición.

Como no queremos oír los rechinares de los sufridos militantistas de cualquier organización, que conste que no estamos en contra de la organización en sí, sino de la organización como un fin en si mismo, como cristalización de cualquier ideología y como órgano separado, representante de la clase. Estamos por la auto-organización autónoma de los explotados. La Historia nos ha demostrado, y esto es algo que consciente o inconscientemente no se le escapa a nadie, con dos ejemplos claros que las tradicionales formas Partido (Revolución Rusa) y Sindicato (Revolución Española) no han sido más que dos intentos de gestionar el capitalismo y no de superarlo. Al tomar el poder no se ha destruido sino que se ha ejercido; por un lado la clase burocrática sustituye a la burguesía y por el otro los dirigentes anarcosindicalistas participan en el poder burgués llamando a la autogestión de la explotación y de la alineación, mientras las bases intentaban superar en la práctica las relaciones de producción y sociales mediante la gestión directa de todos los aspectos de su vida y no sólo del trabajo. Precisamente, ambas formas tienen en común la exaltación del trabajo (coincidiendo con los nacionalsocialistas y todas las formas políticas del capitalismo). Su visión cuantitativa buscaba un aumento de la producción dejando de lado el aumento cualitativo de la vida. Esta derrota (práctica y teórica) de las organizaciones tradicionales que nos dicen representar no ha sido asumida por la clase trabajadora (y es que parece que sólo sabemos trabajar) seguimos sin mantener ningún control sobre cualquier aspecto esencial de nuestra vida en un mundo que se hace no sólo sin nuestra participación (excluyéndonos) sino contra nosotros. Pero compañeros, la Historia no es cíclica es un proceso acumulativo y ya pesa demasiado sobre nuestros cansados cuerpos.

2.

“Jamás tuvieron los que se burlan un lenguaje tan engañador”
Shakespeare. “Sueño de una noche de verano”.

La contradicción entre las posibilidades de los medios de producción (del uso de algunos para el goce de todos, ya que la mayoría inútiles o perjudiciales habría que destruirlos) y las relaciones de producción (esclavitud asalariada, mercantilización y exclusión en una sociedad de clases) ha llegado a un punto de inflexión insalvable. Al espectáculo le supone más falsificar la naturaleza de esta contradicción que aumentar la producción de mercancías con un valor de uso decreciente. Esta inercia inmóvil le obliga a desplegar todos sus medios de recuperación de cualquier movimiento real de oposición y dirigir él mismo la crítica espectacular del espectáculo. Una hipócrita-autocrítica dirigida por su policía del pensamiento descompuesto (pro-situs, cuadros, ONG´s, recuperadores, artistas, periodistas... todos ellos políticamente correctos y peñita del “buen rollito”). Estas escobillas del water de la modernidad, como buenos curas, esperan que con sus parches, el propio desarrollo del sistema nos dirigirá cogiditos de la mano hacia un mundo ideal, planificado por su falsa conciencia y la podredumbre de su cerebro cuadriculado; como si alguna vez nos hubiesen regalado algo. Su función social que viene siendo denunciada desde hace décadas les ha costado más de una agresión, apaleamiento o asesinato y estamos seguros que no van a ser simples anécdotas. Nos engañan y nos manipulan, no debemos permitírselo ni un día más, ellos son los guardianes de la llave de nuestras cadenas infernales. Entretienen nuestro pensamiento con debates sin importancia y nos imponen su opinión evitando cuestiones tan simples que les hacen temblar de terror: ¿Cómo vivir mejor? ¿quién y qué nos lo impide?. Preguntas que desenmascararían inmediatamente a estos profesionales de la mentira. La coherencia de la crítica y la crítica de la incoherencia ayudarán en esta labor.

3.

“La injusticia no es anónima, tiene nombre y dirección”.
Bertolt Brecht

La teoría situacionista, como crítica integral de la totalidad de las condiciones de supervivencia y del capitalismo espectacular-mercantil que las necesita, ha sido verificada por los hechos de la falsificación. No se puede combatir la alineación bajo formas alienadas. El sabotaje de este mundo, empieza por la ruptura con los roles que nos impone el sistema, por el sabotaje de nuestra muerte en vida y la negación del papel que nos asignan y diseñan. En estos momentos hablar de Revolución es tener un cadáver en la boca, sólo hace falta mirar a nuestro alrededor para ver un decorado que nos recuerda constantemente la derrota. El sabotaje es pues una acción que sirve de revulsivo contra la irrealidad que nos oprime. Una práctica que no ha escapado a las recuperaciones ideológicas transformándola en “terrorismo” (la profesionalización del sabotaje) que no ha hecho más que reforzar el sistema debido a su carácter centralista, jerarquizado y militarista. Hoy, no se plantea el crear una organización armada de este tipo sino el ataque difuso de pequeños grupos de afinidad incontrolables por alguna estructura superior que se unen y desunen como las mareas lunares. Unas mareas que nacen de la conciencia de lo mal que están las cosas y lo peor que se van a poner por el desarrollo de los acontecimientos.

En el siglo XIX existía una práctica similar que puso en jaque al capitalismo incipiente. Aparte de los ataques luditas, las llamadas “rondas proletarias” que por su falta de estructura rígida y su máxima flexibilidad en los ataques hizo casi imposible su represión y recuperación, en la que cumplieron un papel principal los, también incipiente, sindicatos. Un grupo de gente se juntaba, golpeaba y se diluía en la masa mientras un nuevo grupo se formaba en su interior. Este sabotaje difuso hace dificilísimo para el enemigo el llegar a detener a nadie, esto convierte este ataque en un universo de placeres para gamberros ilustrados cuyas sensaciones son imposibles de describir o comunicar con el pobre y banal lenguaje de las palabras.

El juego de la subversión cuyas reglas escriben los que participan de él, se vuelve un arma eficaz contra el capitalismo en todas sus formas. Hay más que destruir que construir.

4.

“Nuestra época no necesita escribir consignas poéticas sino ejecutarlas”.
Internacional Situacionista.

Está demostrado que pequeños grupos que atacan hacen más daño que grandes organizaciones especialistas de la lucha armada. La Brigada de la Cólera –continuó su actividad cuando fueron detenidas algunas personas y el estado inglés daba por desarticulado el movimiento– es un ejemplo. El poder lo tiene difícil para reprimir o eliminar a pequeños grupos que con toda seguridad no se conocen entre sí y lo único que les une es el deseo de destrucción de un sistema que les impide vivir y les condena a la supervivencia y a la incertidumbre. No se buscan acciones exhibicionistas para dar propaganda a ninguna sigla o marca de origen. En el caso de Asturies, por ser el más cercano, el sabotaje ha sido un arma de clase utilizado innumerables veces, sobre todo en los conflictos laborales en las empresas. Duro Felguera, Hunosa, Naval, Ciata... No nos estamos inventando nada, el sabotaje ha sido, es y será un medio para alcanzar cualquier objetivo; cualquier persona harta, independientemente de su ideología la utiliza. Desde el oficinista que roba material de oficina hasta la trabajadora que estropea la máquina a la que está encadenada, pasando por la utilización de goma-2 como los despedidos de Duro-Felguera. Hoy, el ejemplo está en la quema de ETT´s. La práctica del sabotaje queda reducida a conflictos puntuales y muy localizados, sin perspectiva global y simplemente para soluciones parciales, con unas reivindicaciones económicas que quedan dentro de los límites impuestos donde se desenvuelve la lógica capitalista. Idem de lienzo para el caso de las ETT´s, un ataque que se sale de la temporalidad de un conflicto en una empresa pero que no cuestiona la esclavitud salarial sino su forma más extrema, no se quiere acabar con la explotación de una clase sino con las ETT´s; por lo que ce por be estamos en lo mismo. Hoy, el conflicto es global y no se soluciona con luchas parciales, sino una lucha integral y de rechazo en bloque de esta sociedad. Hay que acabar con la reducción de nuestras vidas a mercancía y el trabajo asalariado que nos mata y no sólo con las ETT´s. Tenemos que acabar con la sociedad de clases y no sólo con el fascismo. Desviar la atención hacia problemas parciales sólo beneficia a los de siempre, a los gestores de nuestra miseria y a los que algún día pretenden gestionarla, y ambos son parte de los objetivos a sabotear por los revolucionarios.

La práctica del sabotaje difuso (autonomía sin trabas, máxima flexibilidad, auto-organización, mínimo riesgo), entre personas afines, abre la posibilidad de comunicación real destruyendo la espectacular, rompiendo la apatía e impotencia del eterno monólogo revolucionarista. Relaciones y posibilidad de contactos con otras personas en la negación del rol espectacular. Son situaciones efímeras que por su preparación y desarrollo llevan en su esencia la situación revolucionaria que ya no dará un paso atrás y que suprimirá las condiciones de supervivencia. No cae en la irremediable jerarquización alienante que conlleva la especialización de cualquier grupo armado de carácter autoritario y militarista en el que las masas delegan su participación en los ataques.

El aumento cuantitativo de esta práctica no nos llega de la mano de los voceros propagandísticos del espectáculo sino de pasear por el escenario del capitalismo y encontrarnos en la deriva con cajeros quemados, ETT´s con los cristales rotos, cerrajeros cambiando la cerradura de un supermercado... visiones que nos hacen esbozar sonrisas cómplices y que nos animan a salir esa misma noche a jugar con fuego para que en otras personas desconocidas, pero cómplices, también surjan sonrisas por el hermanamiento en la destrucción. No importa el número sino la calidad de los gestos; sabotajes, expropiaciones, reducciones... nos devuelven parte de la vida que nos niegan, pero la queremos toda. Compañeros el juego es vuestro y os animamos a su práctica diaria. Montároslo con vuestros colegas. Contra el viejo mundo en todas sus caras, para salir de la prehistoria, extendamos y multipliquemos los ataques.

Por la abolición de la sociedad de clases.stop.contra la mercancía y el trabajo asalariado.stop. por la anarquía.stop. por el comunismo.stop. ¡Piedras y Fuego!

Por el Instituto Asturiano de Vandalismo Comparado.


Publicado en: Llar, nº33 (septiembre 1999).
Recopilado en: Del tiempo en que los violentos tenían razón. Asturias (1990-2005). Llar Editorial / Klinamen, 2006.
Fuente: Klinamen Editorial.

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lunes, agosto 17, 2009

La democracia de los pozos

La empresa negoció por primera vez en 1978 con los sindicatos libres un nuevo convenio laboral en el marco de una clima de huelgas políticas

El sindicalismo clandestino ya controlaba los pozos de Hunosa en los últimos años del franquismo. Con sigilo fueron incrustándose en los puestos clave del Sindicato Vertical y abajo, en la penumbra de las húmedas galerías, su voz comenzaba a ser ley. La muerte del dictador, en noviembre de 1975, convulsionó a la empresa. Los mineros estaban de nuevo al frente de la reivindicación social. Por entonces, Hunosa contaba con 24.930 trabajadores. Pero la incipiente democracia conllevaría una inevitable y fugaz mirada al pasado, ya que el futuro de la compañía requería cerrar viejas heridas. En 1976, el ya desaparecido José Manuel Fernández Felgueroso sustituyó al frente de la gran hullera a Andrés Martínez Bordiú. Una de sus primeras medidas fue readmitir a los cabecillas mineros expulsados de la empresa en las huelgas de la década de los sesenta. En total, 103 trabajadores regresaron a los pozos, en algunos casos, tras más de una década de exilio laboral forzoso. Entre ellos se encontraba un joven, José Ángel Fernández Villa, que no tardaría en liderar el SOMA-UGT. Un nuevo capítulo se abría en la turbulenta trayectoria de Hunosa. El movimiento obrero, mientras daba las primeras bocanadas de libertad, se preparaba para regresar a las barricadas.

Los primeros años democráticos se vivieron con mucha intensidad en Hunosa. El Gobierno Civil intervino en 1976 para poner fin a varios meses de huelga en las explotaciones, promoviendo un referéndum interno en el que se decidió la vuelta al trabajo de las plantillas. Con los pozos a pleno rendimiento y los principales líderes sindicales ya en sus puestos, el SOMA-UGT y CC OO comenzaron a ganar protagonismo. En enero de 1978, la dirección convocó a los representantes de los trabajadores para negociar el nuevo convenio, primero que se abordó al margen del Sindicato Vertical y a través de las centrales libres, forjadas en la clandestinidad. La representación de los trabajadores recayó en la denominada Comisión de los 16, integrada casi en su totalidad por representantes del SOMA y de CC OO. Al frente de cada formación estaban dos pesos pesados con una larga trayectoria de lucha social, el ya citado Fernández Villa y Marino Artos. «Fue un momento importante para nosotros y que llevábamos mucho tiempo esperando», recuerda este último.

El documento de acción sindical elaborado en el seno de Hunosa fue un referente a nivel nacional. Varios de sus apartados fueron copiados íntegramente en el Estatuto de los Trabajadores que se elaboraría meses después. El sindicalista morciniego Joaquín Uría asegura que fue un logro para la época: «La primeras elecciones sindicales fueron un éxito y recuerdo que estuvieron muy igualadas, el SOMA ganó por un delegado». La plantilla, de 23.923 trabajadores, eligió a 458 representantes; finalmente, las Asociaciones Profesionales obtuvieron 65, los independientes 2, el SOMA 196 y CC OO 195.

En cuanto a movilizaciones, 1978 acabó convulso. Los habituales conflictos se activaron en octubre con un episodio inesperado que situó a las Cuencas en las portadas de varios periódicos nacionales. Un reducido piquete de trabajadores retuvo al director de Minas de Figaredo en el castillete del pozo. Afortunadamente, la crisis, que levantó una gran expectación, se solucionó sin pasar a mayores.

Peor acabó la revuelta que tuvo lugar en el pozo Nicolasa en octubre de 1979. Una huelga de mantenimiento paró la explotación. Los mineros, tras varios días sin labores, se impacientaron y tomaron las oficinas del pozo para exigir que se les permitiera regresar al tajo. Tres trabajadores fueron detenidos y encarcelados en Oviedo. Se trataba de Manuel Méndez Carnero, Javier Carnicero y Pablo Ramírez. «En el penal estuvimos dos meses y, al final, nos pusimos en huelga de hambre», recuerda Ramírez. Una vez libres, la empresa se negó a readmitirlos. En mayo de 1980 se encerraron en la iglesia de San Juan de Mieres e iniciaron otra huelga de hambre que se prolongaría durante un mes. «Fueron semanas muy duras y finalmente percibimos que había posibilidades de negociar y regresamos a casa», apunta Méndez Carnero. No obstante, tuvieron que esperar hasta el triunfo electoral del PSOE, en 1982, para ser readmitidos en Hunosa. La nueva década, con el acercamiento a Europa y el Mercado Común, trajo nuevos retos para la empresa.

D. Montañés


Publicado en: La Nueva España (edición de las Cuencas), 19 de abril de 2007.
Fuente: La Nueva España.

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¿Más procesiones? No, gracias. El 1 de Mayo apesta

Un año más la farsa del 1º de Mayo se nos presenta en todo su crudo patetismo. Perdido todo el carácter revolucionario de esta fecha el sistema la recupera para su propio beneficio, recordando tan sólo hechos presentados como muertos y sepultados por el maremagnum del tiempo. De la experiencia viva de la significación revolucionaria de este día ya no queda nada.

Otros dirán que es un día de lucha, exigencia y reivindicación como respuesta a la crisis, etc, etc; palabras huecas que esconden la hipócrita actitud de quienes conocen la situación real y siguen insistiendo en esquemas y posiciones que ya no llevan más que a una boca de alcantarilla.

Ni siquiera se apunta en este día a desarrollar una crítica radical al sistema capitalista, a reconocer que la principal agresión que recibe la clase obrera, el proletariado, es precisamente la organización impuesta del trabajo asalariado y la organización impuesta del ocio en la sociedad de consumo. Porque básicamente el Capital a través del trabajo y del consumo ejerce su control sobre todos los aspectos de la vida.

Desde luego nosotros no estamos dispuestos a ser unos objetos de despilfarro, a aceptar la dictadura de una existencia alienada, a trabajar para que esta sociedad se mantenga, para que la economía supere su crisis. Y no lo haremos por más que los policías con sus porras, los sindicatos con su doble personalidad y los gobernantes con su delirio se empeñen en frenarnos.

Como buenos obreros salvajes odiamos nuestro trabajo cuando lo tenemos, intentamos esforzarnos lo menos posible, no deseamos engordar las barrigas de los gestores del Capital y procuramos vender cara nuestra fuerza de trabajo.

Una vez más los sacerdotes de la clase obrera, los sindicalistas profesionales, dirán que somos “infiltrados ajenos al movimiento obrero”, “incontrolados”; ellos ya han olvidado lo que es sentirse explotado, que su protesta se ha convertido en un testimonio vacío, no comprenderán jamás nada.

Gracias a los “incontrolados” de la Duro, del Naval, de la periferia de París, de los territorios ocupados de Palestina, de cualquier rincón de Latinoamérica, de donde quiera que sea, se mantiene aún viva la llama revolucionaria del rechazo radical.

Hoy 1º de Mayo no participaremos en ninguna manifestación que en realidad nada manifiesta, en ninguna procesión de las que tanto gustan a los organizadores sindicales, con sus banderitas, sus pancartas con miles de siglas y con su hipocresía enfermiza. Pasaremos del 1º de Mayo, de sus “fiestas” y farturas; eso sí, no nos pensamos quedar de brazos cruzados ante la pasividad general, seguiremos resistiendo en la supervivencia diaria para, cuando el momento sea propicio, hacer realidad nuestros deseos. No queremos un mundo donde las garantías de no morir de hambre se cambien por el riesgo de morir de aburrimiento.

Lo queremos todo y pronto.

Abolición del trabajo asalariado y la mercancía.

Destrucción del Estado y de toda forma de Poder.

Destrucción de las cárceles y de todo el aparato represivo del Capital.

¡Por una sociedad sin clases!

Grupo Autónomo 2 M.I.L.


[Editado como panfleto, 1996]
Recopilado en: Del tiempo en que los violentos tenían razón. Asturias (1990-2005). Llar Editorial / Klinamen, 2006.
Fuente: Editorial Klinamen.

Atentado con explosivos contra la Casa Sindical

Asturianistas de extrema izquierda destrozan la sede de Comisiones Obreras y causan dos heridos leves

Asturianistas de extrema izquierda colocaron en la madrugada de ayer 4 artefactos explosivos en la sede de CC OO que causaron numerosos destrozos en la Casa Sindical y provocaron heridas leves —al cortarse con cristales en las manos y en los pies— a dos vagabundos que dormían bajo el soportal del edificio.

Los artefactos estaban compuestos por aerosoles, recipientes con gasolina y petardos para activar la explosión. Fueron colocados en la segunda y en la cuarta planta de la Casa Sindical, en la que están ubicadas las dependencias de CC OO. Las deflagraciones, que tuvieron lugar alrededor de las dos de la madrugada, provocaron destrozos en estas plantas, así como en la tercera, que pertenece a la central anarcosindicalista CGT. En este sindicato también atribuyeron al atentado los destrozos de la quinta planta, donde también tienen parte de sus locales. Los violentos también forzaron la entrada a locales de CC OO en la primera planta. La explosión además provocó destrozos en otros puntos del edificio, cuya entrada fue forzada por los autores del ataque. Sin embargo, los tres indigentes que dormían a las puertas del inmueble indicaron a la Policía que no se percataron de nada hasta que oyeron las explosiones.

Los autores del atentado, que no ha sido reivindicado por ninguna organización, esparcieron por el lugar de los hechos varios panfletos en asturiano en los que cargaban contra CC OO, UGT y la FADE. Los pasquines rezaban: «Puxa el Primeru de Mayu. CC OO=FADE=UGT. Asturies nun se pauta traidores. Puxa Asturies Llibre, ya socialista».

El secretario general de CC OO de Asturias, Alberto Rubio, calificó ayer de «vándalos e irresponsables» a los autores del acto. Tras condenar los hechos, Rubio calificó como «acto más de vandalismo que otra consideración, si no tenemos ningún dato» sobre la autoría de los hechos. El sindicalista también apuntó que el acto vandálico es especialmente lamentable «en un momento coyuntural de este país muy sensible a este tipo de cosas», tras los atentados del 11 de marzo.

Otros atentados

El atentado está relacionado con los que ya sufrieron diversas sedes de partidos políticos el año pasado, según informaron en la Delegación del Gobierno y en la Policía al sindicalista.

El primero de esos ataques lo sufrió la sede del PP de Candás, en abril del año pasado, coincidiendo con uno de los momentos en los que arreciaban las protestas ciudadanas contra la guerra de Irak.

El 7 de septiembre, víspera del Día de Asturias, les tocó el turno a las sedes del PSOE en Infiesto, de PP en Sotrondio y de IU en Gijón. Al día siguiente, la sede del PP en Sotrondio volvió a sufrir un segundo ataque. Ninguno de estos atentados fue reivindicado por organización alguna, aunque los autores también dejaron como firma pasquines en asturiano, al igual que ocurrió en la madrugada de ayer.

A las puertas del Primero de Mayo, el objetivo que ayer escogieron los autores de esta cadena de ataques fue la sede de uno de los sindicatos mayoritarios.

El líder de CSI, Juan Manuel Martínez Morala, opinó ayer que el ataque a la sede de CC OO demuestra que «muchos trabajadores tienen que estar bastante descontentos con los sindicatos».

Morala lamentó «lo que ha sucedido» y aseguró desconocer quiénes han podido ser los autores y sus motivos.

Jorge Muñiz, de CGT, atribuyó, por contra, las explosiones a supuestos grupos ultraderechistas.

M.C.


Publicado en: La Nueva España, 30 de abril de 2004.
Digitalización: El cielu por asaltu.

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Incendiarios de ídolos


Mathieu Corman, periodista, editor y viajero belga buscaba una revolución para vivirla, para contarla, y la encontró en aquellos primeros días de octubre de 1934:

"En un pueblo donde nos hemos detenido para comprar provisiones, nos enteramos de la sensacional noticia: la provincia de Asturias se ha constituido como estado comunista independiente […]. Nuestra elección está clara. ¡Iremos a Asturias!"

Incendiarios de ídolos es la crónica de su viaje para entrar en Asturies, las voces de las personas que encontró a su paso y el relato, casi fotográfico, de una tierra en llamas. Se trata de uno de los escasos testimonios, si no el único, de un periodista extranjero que vivió la experiencia en pleno desarrollo de los acontecimientos.

CORMAN, Mathieu: Incendiarios de ídolos. Editorial Cambalache, Uviéu, 2009. 170 pp. 13 euros. [Traducción del original en francés editado en 1935]. [Descargar en pdf]

Contenido:

- Presentación

- Prólogo: Dos trotamundos y un libro

- I. La aventura

- II. La Revolución

- III. La pacificación

- Postfacio: Socialistas y comunistas belgas ante el octubre revolucionario de Asturias 1934

- Biografía: Un librero en la tormenta.

Más información: Local Cambalache.

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La huelga de la construcción de 1977 fue un hito, según Rosón

La protesta, que duró 100 días, cerró el ciclo abierto en 1962, afirma el autor del libro que reconstruye aquel episodio

La huelga de la construcción de Asturias, que paralizó el sector durante casi 100 días en 1977, y que concluyó con la victoria de los trabajadores y el logro de sus reclamaciones salariales, fue la protesta obrera «más amplia, más larga, más significativa y más autónoma», pero también «más victoriosa» del movimiento obrero asturiano, según César Alberto Rosón Ordoñez, uno de los protagonistas de aquel largo conflicto y autor del libro «La huelga de la construcción asturiana en la transición española», que acaba de editar la Fundación Anselmo Lorenzo de Estudios Libertarios, de Madrid y que ayer se presentó en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

Rosón Ordoñez (Olloniego, 1954), entonces secretario regional de propaganda y formación de la CNT en Asturias y en la actualidad administrativo en una empresa fabricante de latas para bebidas con sede en Madrid, participó de forma activa en aquella magna huelga en los albores de la transición. Durante tres años ha hecho acopio de recuerdos, materiales originales, testimonios de otros protagonistas y referencias hemerográficas para reconstruir un episodio que juzga capital del movimiento obrero asturiano, porque, según su tesis, la huelga de la construcción fue «el fin de un ciclo», aquel que había arrancado con las huelgas mineras de 1962. «Ni antes ni después se había producido un protagonismo tal de los propios trabajadores, ejerciendo de forma autónoma su propia capacidad de decisión en las asambleas y constituyendo comités, comisiones y coordinadoras al margen de las estructuras de los sindicatos. Durante quince años, por carencia de cuadros y estructuras sindicales, que habían sido suprimidas por el franquismo, el movimiento obrero asturiano se expresó de forma autónoma. Tras la huelga de la construcción de Asturias, los pactos de la Moncloa y el clima de pacto social supusieron el restablecimiento de un sindicalismo institucional, que vino a ocupar el espacio que había asumido el Sindicato Vertical franquista durante la dictadura».

La huelga de la construcción afectó durante 100 días a 27.000 trabajadores censados, de 2.700 empresas del sector en la región. «Durante los más de tres meses de paro se dejaron de percibir 1.200 millones de pesetas de entonces en salarios. Fue un ejemplo de unidad como pocas veces se han visto y que gozó de una solidaridad enorme por parte de la población asturiana», sostuvo ayer el autor del libro, quien aseguró que con esta obra no ha pretendido sino reconstruir aquel episodio, «devolviendo la voz a los protagonistas y escribiendo la historia desde abajo».

En una cuenta corriente de una oficina bancaria de Oviedo aún pervive, 27 años después, un saldo de algo más de 600 euros de lo que fue una de las cajas de resistencia para socorrer a las familias en peor situación económica.

José Ramón Palacios García, miembro en 1977 de la Coordinadora Provincial de la Huelga, afirmó que aquella capacidad de resistencia, durante más de tres meses de paro, fue posible porque «había orgullo de clase, conciencia obrera y un alto sentido de la dignidad. Esto se ha perdido en buena medida, con la merma del concepto de la solidaridad en aras de un individualismo de naturaleza burguesa».

J.C.


Publicado en: La Nueva España, 3 de julio de 2004.
Digitalización: El cielu por asaltu.

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